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El dolor musculoesquelético en la perimenopausia: ¿qué tan frecuente es?

La prevalencia general del dolor musculoesquelético en mujeres perimenopáusicas es de aproximadamente el 71%, mostrando una mayor predisposición a sufrir este tipo de dolor en comparación con mujeres premenopáusicas. Los resultados de las pruebas de imagen en estas pacientes pueden no mostrar hallazgos estructurales; sin embargo, es crucial ser consciente de los cambios hormonales que ocurren en este grupo, especialmente en relación con los niveles de estrógenos.
A menudo los ortopedistas son el primer punto de contacto en la atención de estas pacientes por lo que también deben estar informados sobre los cambios musculoesqueléticos asociados con la menopausia, ya que pueden tener consecuencias permanentes y devastadoras, incluyendo pérdida ósea, pérdida de masa muscular, debilidad muscular, fragilidad, fracturas y disfunción metabólica.
Por otro lado, los médicos de atención primaria y los profesionales de obstetricia y ginecología pueden ser el primer contacto en las fases tempranas, antes de que se presenten los síntomas musculoesqueléticos. En estos casos, mantener conversaciones con las mujeres sobre el síndrome musculoesquelético de la menopausia durante chequeos regulares o citas para discutir otras quejas comunes perimenopáusicas, como los sofocos, puede ser beneficioso para la atención preventiva.
Los Institutos Nacionales de Salud definen la menopausia como un momento en el tiempo 12 meses después de la última menstruación de una mujer, y la perimenopausia, o la transición menopáusica, como los años previos a ese punto, cuando las mujeres pueden experimentar cambios en sus ciclos mensuales, sofocos u otros síntomas. La edad promedio para el inicio de la perimenopausia es de 47.5 años, mientras que la edad promedio de la menopausia es de 52.6 ± 2.5 años, siendo las mujeres hispanas las que presentan un inicio aproximadamente 2 años antes.
Durante la perimenopausia, las mujeres experimentan una reducción promedio del 10% en la densidad mineral ósea. Además, después de la menopausia, las mujeres tienen una reducción del 0.6% en la masa muscular por año. Estos problemas musculoesqueléticos pueden atribuirse a la disminución del estradiol, que es la forma más biológicamente activa de estrógeno, y que impacta en casi todos los tipos de tejido musculoesquelético, incluyendo hueso, tendón, músculo, cartílago, ligamento y adiposo. La caída en los niveles de estradiol lleva a cinco cambios primarios: un aumento en la inflamación, una disminución en la densidad mineral ósea que conduce a la osteopenia/osteoporosis, artritis, sarcopenia y una disminución en la proliferación de células satélite (células madre musculares).
Fuente: Wright VJ, Schwartzman JD, Itinoche R, Wittstein J. The musculoskeletal syndrome of menopause. Climacteric. 2024 Oct;27(5):466-472. doi: 10.1080/13697137.2024.2380363. Epub 2024 Jul 30. PMID: 39077777.
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