El impacto de los fitoestrógenos sobre la fertilidad ha sido tema de gran controversia durante varios años. Los fitoestrógenos, que son compuestos de origen vegetal, incluyendo a las isoflavonas encontradas en productos derivados de la soya, los lignanos encontrados en nueces, semillas y vegetales crudos, así como los cumestanos encontrados en los chícharos, frijoles y coles de Bruselas.

Actualmente se encuentran numerosas líneas de investigación sobre el efecto del consumo de fitoestrógenos para la prevención de cáncer de mama, de endometrio, miomas, osteoporosis, enfermedad cardiovascular, inflamación, síndrome metabólico y obesidad. La suplementación con isoflavonas de soya se ha asociado con un incremento en el número de nacimientos posterior a la terapia con clomifeno, aumento en el grosor endometrial y tasas de embarazo posterior a inseminación y fertilización in vitro.

En 2005, Kohama y colegas publicaron un ensayo clínico que incluyó a 36 mujeres japonesas con amenorrea secundaria. Se suplementaron con 6 g de polvo de frijol de soya negro y se compararon contra placebo. En el grupo de intervención 4 mujeres se embarazaron mientras que 12 pacientes mostraron mejoría en ovulación de acuerdo con patrones ultrasonográficos (p<0.05). En el grupo control sólo se observó mejoría en la ovulación en 2 pacientes. Después de 6 meses, los niveles de estradiol en el grupo de intervención fueron mayores en comparación con los niveles basales, mientras que los niveles de hormona luteinizante y folículo estimulante permanecieron sin cambios, En este estudio resaltaron que frijol de soya negro además de isoflavonas tiene antioxidantes, especialmente antocianinas, y que estas sustancias pueden jugar un rol en la función circulatoria ovárica. Debido a la complejidad de componentes de muchas de los fitoestrógenos, es difícil sacar conclusiones sobre cuál de ellos es el que está causando cierto efecto en los estudios in vivo.

En otro análisis de 2 cohortes que incluyeron a mujeres que planeaban embarazo en Estados Unidos y Dinamarca, con un total de 4880 y 2898 mujeres, respectivamente, no encontraron asociación fuerte entre la ingesta de fitoestrógenos y las probabilidades de quedar embarazada. Aunque dentro de las observaciones del estudio se señalaron las diferencias demográficas, ya que en países occidentales el promedio de consumo de fitoestrógenos es de 2 mg, en Europa de 1 mg, mientras que en países asiáticos ronda los 50 mg.

Sin lugar a duda, los fitoestrógenos aún no son completamente entendidos, su relación con la fertilidad permanece poco clara, aunque algunos estudios han favorecido su uso para mejorar resultados en las técnicas de reproducción asistida, otros reportan que no hay beneficio. Los ensayos clínicos que existen hasta ahora tienen limitaciones en cuanto a diseño, duración y tamaño de muestra.

Fuente: 

1. Skoracka K, Ratajczak AE, Rychter AM, Dobrowolska A, Krela-Kaźmierczak I. Female Fertility and the Nutritional Approach: The Most Essential Aspects. Adv Nutr. 2021 Dec 1;12(6):2372-2386. doi: 10.1093/advances/nmab068. PMID: 34139003; PMCID: PMC8634384.
2. Rizzo, G., Feraco, A., Storz, M., & Lombardo, M. (2022). The role of soy and soy isoflavones on women's fertility and related outcomes: An update. Journal of Nutritional Science,11, E17. doi:10.1017/jns.2022.