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Hiperemesis gravídica y riesgo de malformaciones cardiovasculares
Muchas mujeres sufren de náuseas y vómitos durante el embarazo, especialmente en el primer trimestre. Se ha calculado una incidencia tan alta como del 70%.
La forma más grave de náuseas y vómitos en el embarazo, la hiperemesis gravídica, se asocia con desequilibrio hidroelectrolítico, déficit nutricional, pérdida de peso y a menudo requiere hospitalización. Generalmente, un 60% de los casos de hiperemesis se resuelven en el primer trimestre, mientras que 90% mejoran hasta las 20 semanas.
Dentro de los estudios que se realizan para valorar la severidad de la hiperemesis están la cetonuria y urea sérica, que son buenos marcadores de ayuno y deshidratación. La cetonuria implica un uso acelerado de grasas almacenadas y la urea es un producto del metabolismo de las proteínas. La presencia de una urea sérica elevada en pacientes con hiperemesis puede ser resultado del catabolismo de las proteínas y se exacerba por la deshidratación y reducción en el aclaramiento renal.
Los cuerpos cetónicos pueden viajar a través de la circulación fetoplacentaria. En modelos animales, la exposición prolongada de cuerpos cetónicos elevados maternos se ha asociado a malformaciones fetales como defectos del tubo neural.
Actualmente hay evidencia suficiente que enfatiza la importancia del ambiente “in útero” y su impacto en la salud posterior del feto. Las madres con desnutrición, especialmente en el primer trimestre, se han asociado con fetos con mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónico-degenerativas como diabetes mellitus tipo 2 y enfermedad cardiovascular.
En un estudio retrospectivo realizado en 2024 por Fan J y Yin M, en el que incluyeron a 1020 mujeres, observaron niveles de cuerpos cetónicos significativamente más elevados en mujeres con Hiperemesis gravídica que en las del grupo control. También observaron una proporción de fetos con 4 cámaras cardiacas no visibles a mitad del embarazo significativamente mayor que en las mujeres sanas y la proporción de recién nacidos con un soplo cardiaco al nacer también fue significativamente mayor en el grupo de hiperemesis gravídica que en hijos de mujeres sanas.
Más interesante aún, hicieron un seguimiento a los 3 años 3 años posterior al nacimiento, en el que confirmaron que los hijos de pacientes que habían tenido Hiperemesis gravídica habían sido más susceptibles de haber tenido una malformación cardiovascular que las mujeres del grupo control. Entre ellas estuvieron las anormalidades atriales, ventriculares, septales ventriculares y defectos septales atriales. Sin lugar a duda te tipo de estudio nos confirma la importancia de identificar y tratar la Hiperemesis gravídica debido a su fuerte asociación con resultados perinatales adversos y además la necesidad de estudiar más acerca del rol de los cuerpos cetónicos elevados en pacientes con hiperemesis.
Fuente:
Fan J, Yin M. Offspring of women with hyperemesis gravidarum are more likely to have cardiovascular abnormalities. BMC Pregnancy Childbirth. 2024 Feb 8;24(1):119. doi: 10.1186/s12884-024-06293-6. PMID: 38331740; PMCID: PMC10854153.
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