El periodo entre la concepción y los primeros 2 años de vida representa el periodo más crítico para trastornos que lleven a la obesidad infantil. El ejercicio tiene diversos beneficios para la salud en general y tiene efecto en múltiples tejidos. Estudios recientes indican que el ejercicio puede mejorar la composición de la leche materna y por tanto reducir la transmisión intergeneracional de obesidad. Aunque la leche materna se considere la fuente óptima de nutrición para el infante, hay variación en la composición entre madres de peso normal y aquellas con obesidad, así como en aquellas físicamente activas.

La nutrición en las etapas tempranas de la vida es una de los factores más importantes para la susceptibilidad posterior a la obesidad y otras enfermedades metabólicas y el ejercicio materno puede proveer de protección contra las enfermedades metabólicas.

Los oligosacáridos de la leche materna (HMOs) son compuestos que han asociado la obesidad materna con la ganancia de peso en la vida temprana del infante y sus efectos podrían estar medidados principalmente por el microbioma intestinal del infante.

Datos recientes sugieren que el ejercicio agudo y crónico de la madre podría modificar los constituyentes nutricionales y no nutricionales bioactivos de la leche materna. En ratones, el entrenamiento físico incrementa el contenido de HMO 3´sialilactosa en la leche, y este tipo de HMO es crucial para mediar la salud metabólica en la descendencia de los ratones. Si esto ocurre también en los humanos, aún no se sabe.

Fuente:

• Moholdt T, Stanford KI. Exercised breastmilk: a kick-start to prevent childhood obesity? Trends Endocrinol Metab. 2024 Jan;35(1):23-30. doi: 10.1016/j.tem.2023.08.019. Epub 2023 Sep 19. PMID: 37735048; PMCID: PMC11005327.