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Ácidos grasos Omega 3 y su papel como neuroinmuladores

Los niveles elevados de inflamación sistémica, neuroinflamación y la hiperactividad del eje hipotálamo-hipófiso-adrenal (HHA) han sido identificados como factores clave que contribuyen a la patogénesis de los trastornos neuropsiquiátricos, incluyendo la depresión y la ansiedad. Estos trastornos, junto con el trastorno de estrés postraumático, son condiciones psiquiátricas prevalentes que coexisten con la migraña, influyendo significativamente en el proceso de cronificación de la migraña.
Los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (AGPI) pueden modular potencialmente las vías neurobiológicas implicadas en la coexistencia de la migraña con la depresión y/o la ansiedad a través de varios mecanismos. En primer lugar, al atenuar las respuestas inflamatorias que son fundamentales para la fisiopatología de la depresión y la ansiedad, los AGPI omega-3 y sus metabolitos pueden inhibir la quimiotaxis de leucocitos, reducir la expresión de moléculas de adhesión, disminuir la producción de mediadores proinflamatorios y fomentar un cambio en la polarización de la microglía hacia un estado reparativo y no inflamatorio.
El sistema endocannabinoide, que está intrínsecamente vinculado a los lípidos dietéticos, la neuroplasticidad y la regulación del estado de ánimo, desempeña roles en la plasticidad sináptica, el aprendizaje, la memoria, la neuroinflamación, el manejo del dolor, las respuestas al estrés y la función inmunológica.
Se ha demostrado que los mediadores lipídicos especializados (SPMs, por sus siglas en inglés) derivados de los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 influyen en los comportamientos relacionados con la depresión y la ansiedad a través de la modulación de varias vías de señalización molecular, incluyendo mTOR, MAP/ERK, NF-kB, PI3K/Akt y AMPA.
Los endocannabinoides producidos a partir del ácido araquidónico (AA) incluyen anandamida y 2-arachidonoylglicerol, mientras que aquellos derivados de los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 incluyen etanolamina de docosahexaenoico (DHA) y oleiletanolamina y palmitoiletanolamina. Estos endocannabinoides se dirigen principalmente a los receptores CB1 y CB2 que se encuentran en la microglía, las células gliales y las neuronas. Los endocannabinoides derivados de los ácidos grasos omega-3 sirven como precursores de compuestos bioactivos más potentes que operan a través de vías dependientes e independientes de cannabinoides, ejerciendo efectos antiinflamatorios, antiproliferativos y de regulación del estado de ánimo.
Además, pueden modular la señalización de citoquinas inflamatorias que afecta la funcionalidad del receptor de glucocorticoides y el control por retroalimentación negativa del eje HHA; la reducción de los marcadores inflamatorios por los AGPI omega-3 mejora la capacidad de respuesta del eje HHA a la retroalimentación negativa, lo que a su vez limita la sobreactividad del eje HHA.
Por lo tanto, los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 actúan como agentes inmunomoduladores que desempeñan un papel significativo en la regulación de la inflamación y del estado de ánimo. En general, los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y sus metabolitos juegan un papel esencial en la neuropsicoinmunología, influyendo en una variedad de procesos cerebrales que incluyen la neuroinflamación, la señalización del dolor, la función mitocondrial, el estrés oxidativo y la regulación del estado de ánimo. Estos aspectos están profundamente interconectados con los mecanismos subyacentes de la fisiopatología de algunas enfermedades como la migraña.
Fuente: Chen TB, Yang CC, Tsai IJ, Yang HW, Hsu YC, Chang CM, Yang CP. Neuroimmunological effects of omega-3 fatty acids on migraine: a review. Front Neurol. 2024 May 6;15:1366372. doi: 10.3389/fneur.2024.1366372. PMID: 38770523; PMCID: PMC11103013.
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