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¿Es el síndrome de ovario poliquístico una enfermedad metabólica? Nuevas perspectivas sobre una patología subestimada

El Síndrome de ovario poliquístico (SOP) es uno de los trastornos endocrinos más comunes en mujeres en edad reproductiva, con una prevalencia que alcanza a una de cada cinco mujeres. Tradicionalmente abordado desde su impacto en la función reproductiva, un creciente cuerpo de evidencia sugiere que el SOP debe considerarse también —y de forma prioritaria— como un trastorno metabólico complejo.
Un síndrome multifactorial y heterogéneo
La etiología del SOP sigue sin estar completamente definida. Sin embargo, se reconoce como un trastorno “poligénico”, influido por factores epigenéticos, ambientales y del desarrollo fetal. Su presentación clínica es heterogénea y varía según el grupo étnico, la etapa de la vida y el grado de adiposidad. Las clasificaciones actuales lo dividen en varios fenotipos basados en criterios reproductivos (como anovulación y exceso de andrógenos), pero este enfoque podría estar dejando de lado aspectos fundamentales del síndrome.
SOP: más allá de los ovarios
Uno de los elementos clave en la fisiopatología del SOP es la resistencia a la insulina, presente incluso en mujeres delgadas con SOP. Esta resistencia genera una hiperinsulinemia compensatoria que no solo potencia la disfunción ovulatoria y la hiperandrogenemia, sino que también predispone a complicaciones como:
- Obesidad visceral
- Dislipidemia
- Intolerancia a la glucosa y diabetes tipo 2
- Enfermedad cardiovascular
Además, estas alteraciones metabólicas también han sido identificadas en familiares de primer grado (tanto mujeres como hombres), lo que sugiere una base genética compartida y una afectación sistémica más amplia que trasciende el aparato reproductivo.
Nuevos enfoques: fenotipos metabólicos y medicina de precisión
El uso de herramientas como el análisis por conglomerados (cluster analysis) ha permitido identificar subtipos reproductivos y metabólicos del SOP con arquitecturas genéticas distintas, los cuales no pueden ser detectados mediante los criterios diagnósticos actuales.
A medida que avanzan las investigaciones con tecnologías “ómicas” y herramientas de “inteligencia artificial”, se abren posibilidades para una clasificación más precisa de las pacientes con SOP. Esto podría facilitar la estratificación del riesgo metabólico a largo plazo, permitiendo intervenciones tempranas y personalizadas.
Un llamado a la redefinición del SOP
Los autores de esta revisión hacen un llamado a redefinir el SOP como “una enfermedad metabólica además de reproductiva”, lo cual tendría implicaciones clínicas relevantes:
* Enfoques terapéuticos más integrales que incluyan manejo de la resistencia a la insulina.
* Prevención de complicaciones cardiovasculares y metabólicas desde etapas tempranas.
* Revisión de los criterios diagnósticos para incorporar biomarcadores metabólicos.
Conclusión:
El reconocimiento del “SOP como un síndrome sistémico y metabólico” es clave para mejorar el pronóstico de millones de mujeres. Este nuevo paradigma abre la puerta a una medicina de precisión orientada a reducir su carga a lo largo de la vida.
Fuente:
Helvaci N, Yildiz BO. Polycystic ovary syndrome as a metabolic disease. Nat Rev Endocrinol. 2025 Apr;21(4):230-244. doi: 10.1038/s41574-024-01057-w. Epub 2024 Nov 28. PMID: 39609634.
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