En Londres, en la Tercer Cumbre Internacional de Edición de Genoma Humano, se anunció (aunque todavía no ha sido publicado) un experimento con ratones, que en realidad es una “prueba de concepto”, ya que todavía hay un largo camino antes de que sea posible su aplicación en humanos.

Esta “prueba de concepto” es importante ya que abre posibilidades para tratar algunas causas de infertilidad, o incluso permitir que se logren embriones a partir de un solo padre. “Es un avance significativo que tiene múltiples aplicaciones”, acorde al biólogo Keith Latham, un biólogo del desarrollo que trabaja en la Universidad Estatal de Michigan.

Los investigadores han trabajado ya años en esta línea. En 2018, un equipo reportó el uso de células madre embrionarias obtenidas a partir de esperma u óvulos, que generaron ratones bebés con dos madres o dos padres. Los ratones bebés que descendían de “dos madres”, sobrevivieron hasta ser adultos y además eran fértiles. En cambio, los que tenían dos padres únicamente vivieron sólo algunos días. 

En 2020, un biólogo del desarrollo llamado Katsuhiko Hayashi, en la Universidad de Osaka en Japón, describió los cambios genéticos necesarios para que las células maduraran en embriones en la caja de Petri. En 2021, él mismo demostró que podrían reconstruir el ambiente dentro de los ovarios de los ratones, para generar que dos ovocitos produjeran descendencia sana.  

Hayashi y su equipo se embarcaron en un proyecto para crear embriones usando células obtenidas de un ratón macho adulto. Reprogramaron estas células para crear células madre similares a células madres pluripotenciales. Cultivaron estas células hasta que algunas de ellas perdieron espontáneamente su cromosoma Y y luego utilizaron un componente llamado reversina, que puede promover errores en cómo se distribuyen los cromosomas durante la división celular, y buscaron las células que eran cromosómicamente femeninas con dos copias del cromosoma X. De ahí, el equipo pudo tener células madre pluripotenciales con las señales genéticas necesarias para formar embriones inmaduros. Después fertilizaron los ovocitos utilizando esperma de ratón y transfirieron los embriones resultantes al útero de la ratona. La tasa de supervivencia fue baja. De 630 embriones transferidos, sólo 7 se desarrollaron en cachorros, pero estos 7 crecieron de forma normal y fueron fértiles de adultos.

Aunque todavía queda un largo camino por recorrer para su aplicación médica en humanos (ya que hay grandes diferencias entre los humanos y los ratones), hay esperanza en que algún día esta “ingeniería cromosómica” se pueda utilizar para tratar algunas enfermedades ligadas al cromosoma X como el síndrome de Turner. Otra ramificación del trabajo de Hayashi consiste en llevar la reproducción asistida a otro territorio en el que podría ayudar a una pareja de hombres a tener un hijo biológico, con ayuda de una madre subrogada. Aunque esta aplicación además de requerir aún más tecnología y refinamiento del método, abrirá una discusión en la sociedad acerca de las implicaciones éticas de implementarla.

Fuente: doi-org.pbidi.unam.mx:2443/10.1038/d41586-023-00717-7