Al menos un tercio de la vida de la mujer ocurre en la posmenopausia. La mayoría de las enfermedades crónico-degenerativas (especialmente las de naturaleza metabólica, incluyendo la obesidad, diabetes y osteoporosis), así como la osteoartritis, demencia y cáncer ocurren en mujeres tras 10 a 15 años después del inicio de la menopausia.

La edad a la que ocurre la menopausia está influenciada por factores genéticos, étnicos y ambientales. En el mundo hay alrededor de 1 billón de mujeres que ya están en edad de la menopausia, en Estados Unidos son alrededor de 60 millones de mujeres arriba de 45 años y se proyecta que 6000 mujeres entran en la menopausia cada día. En México, existen aproximadamente 14 millones 857 mil mujeres de 50 años o más, de acuerdo con los datos del censo de población y vivienda 2020.

Al inicio de la perimenopausia, hay cambios a nivel cardiovascular que implican ganancia de peso, cambios en perfil de lípidos, rigidez arterial, incremento en grasa pericárdica, incremento en resistencia a la insulina, riesgo de síndrome metabólico, diabetes y aterosclerosis.

Los estrógenos también tienen un poderoso efecto sobre el sistema nervioso central mediado por receptores estrogénicos alfa y beta que afectan el crecimiento neuronal, actividad sináptica y protección contra el estrés oxidativo. Con la disminución en los niveles de estrógeno en la posmenopausia, incrementa la prevalencia de demencia, especialmente la enfermedad de Alzheimer. Hay estudios observacionales en los que se ha sugerido que la terapia hormonal al inicio de la menopausia podría proteger contra la enfermedad de Alzheimer, aunque todavía no se cuenta con datos aleatorizados prospectivos para probar esta asociación. En el estudio WHI (Women´s Health Initiative), se observó un incremento de riesgo de demencia en caso del inicio tardío de terapia hormonal.

Más allá de tratar solamente los síntomas vasomotores, el implementar estrategias para las llamadas “enfermedades silenciosas” es de gran importancia al inicio de la perimenopausia. Los estatutos de la American Heart Association desde 2020, han enfatizado la importancia de las intervenciones al momento de la transición menopáusica. Esta “prevención” es aún más relevante en mujeres con menopausia quirúrgica, inducida o insuficiencia ovárica prematura, ya que también estarán en mayor riesgo de tener enfermedad cardiovascular acelerada, a menos que reciban terapia estrogénica de reemplazo.

El inicio de la menopausia, por lo tanto, representa una ventana de oportunidad única en la línea de tiempo de la vida de una mujer, en la que los proveedores de salud pueden evaluar y prescribir intervenciones, que pueden tener consecuencias sustanciales al influir en la longevidad y calidad de vida de las mujeres.

Fuente: Lobo RA, Gompel A. Management of menopause: a view towards prevention. Lancet Diabetes Endocrinol. 2022 jun;10(6):457-470.