La holística se refiere a la manera de ver las cosas en “su totalidad”, en su conjunto, en su complejidad, pues así se aprecian las interacciones, particularidades y procesos que por lo general no son percibidas si se estudian por separado. 

Aplicar la perspectiva holística en las enfermedades no es fácil, dado que cualquier experiencia es mediada a través de nuestros cuerpos y profundamente embebida por el contexto cultural. En el caso de la menopausia, para realmente entender a las mujeres que la presentan, se requiere de un entendimiento cultural amplio del contexto, incluyendo el ambiente físico y social que puede mediar la expresión genética en las mujeres (a través de la epigenética).

Las experiencias físicas asociadas (ya sea los periodos menstruales irregulares, ausencia de menstruación o bochornos) pueden ser experimentados de manera diferente, dependiendo de la percepción individual, ambiente físico y filtros psicológicos y socioculturales (incluyendo la medicalización) que son aplicados a las sensaciones corporales.

Las actitudes hacia la menopausia pueden variar de acuerdo con el estado menopáusico y características demográficas, pero en general varían de neutrales a positivas en la mayoría de las poblaciones estudiadas. Se ha observado una percepción negativa especialmente en correlación con la depresión.

La visión de la mujer en torno a la menopausia también varía desde verla como una condición médica que requiere tratamiento hasta verla como “sólo un periodo de transición”.

El entendimiento físico y respeto de esta diversidad de perspectiva sin lugar a duda pueden permitir a los médicos dar un tratamiento más efectivo e integral a las mujeres. 

Fuente: Tonob D, Melby MK. Broadening our perspectives on complementary and alternative medicine for menopause: A narrative review. Maturitas. 2017 May; 99:79-85.