Las alteraciones del sueño representan uno de los síntomas clave durante la transición menopáusica. Muchos factores biológicos y cronobiológicos como las alteraciones fisiológicas asociadas al envejecimiento, síntomas vasomotores, pobre percepción de salud, cambios de humor y comorbilidades como osteoartritis y fibromialgia; junto con los factores socioeconómicos, psicosociales y étnicos, están involucrados. Sin embargo, la correlación entre las etapas de la menopausia y los trastornos del sueño, más allá de los efectos del envejecimiento y otros confusores, es evidente. El insomnio es el trastorno del sueño más frecuente durante la menopausia y su prevalencia se compara con la de la apnea obstructiva del sueño (alrededor de 16 a 20%) y el síndrome de piernas inquietas (10-24%).

En una encuesta multiétnica en Estados Unidos llamada SWAN (Study of Women´s Health Across the Nation), que siguió a las mujeres por 10 años durante la menopausia, el insomnio representó 46-48% los síntomas en mujeres menopáusicas versus 38% en mujeres premenopáusicas. Otra encuesta realizada con población de América Latina confirmó que la prevalencia del insomnio incrementa con la edad de las mujeres y etapas de la menopausia.

El principal factor predictor para insomnio durante la menopausia es la condición del sueño premenopáusico: una condición persistente en el pasado de insomnio está fuertemente asociada con trastornos del sueño en el futuro. Independientemente de los subtipos de insomnio, el trastorno para mantener el sueño es el más frecuentemente reportado, con diferentes despertares y sueño no reparador.

Como en la población general, el insomnio durante la menopausia está asociado con múltiples efectos adversos como la disminución en la calidad de vida, decremento en la productividad laboral y aumento de los servicios de salud, pero también con una alta prevalencia de ansiedad, depresión y enfermedad cardiovascular.

Los mecanismos por los cuales las mujeres tienen insomnio durante la perimenopausia son multifactoriales e involucran cambios hormonales, síntomas de transición (síntomas vasomotores), y cambios del estado de ánimo, así como factores que coinciden con que la mujer entra en una edad adulta que se interpreta como envejecimiento, estrés, obesidad, alteraciones de la salud y por lo tanto incrementa la incidencia de trastornos del sueño.

Fuente: Proserpio P, Marra S, Campana C, Agostoni EC, Palagini L, Nobili L, Nappi RE. Insomnia and menopause: a narrative review on mechanisms and treatments. Climacteric. 2020 Dec;23(6):539-549.