Introducción: La disfunción sexual es un tema bastante amplio y diverso de un conjunto de síntomas y síndromes que impactan la función sexual. Generalmente involucra factores biológicos, psicológicos y sociales que juegan un papel integral para la sexualidad. Es común en mujeres durante la pre y postmenopausia y tiene un alto impacto en la calidad de vida.

Durante la postmenopausia, los tratamientos no hormonales como los lubricantes vaginales pueden ser efectivos cuando hay síntomas leves a moderados, mientras que las mujeres con síntomas severos, casi siempre se beneficiarán de la terapia hormonal. En las mujeres premenopáusicas con deseo sexual hipoactivo es beneficioso el uso de testosterona transdérmica. En Estados Unidos la FDA aprobó el uso de Flibanserina (agonista de los receptores de serotonina 5-HT1A y antagonista de 5-HTA2) y Bremelanotida (agonista de melanocortina) en mujeres con deseo sexual hipoactivo, en la etapa premenopáusica, aunque aún no se comercializan en México.

Al momento hay múltiples opciones terapéuticas para la disfunción sexual, ya sea hormonales o no hormonales. Es importante que más profesionales de salud identifiquen este tipo de patología tanto en mujeres como en hombres, y se ofrezca un manejo integral junto con cuidados del suelo pélvico, sexólogos, psicólogos o psiquiatras, para obtener el máximo beneficio en mejorar la calidad de vida de las pacientes con este problema.

Fuente: Burton CS, Mishra K. Pharmacologic therapeutic options for sexual dysfunction.C urr Opin Obstet Gynecol 2022, 32:000–000.

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