La vitamina D comprende un grupo de hormonas lipofílicas que regulan la homeostasis del calcio a través de sus acciones a nivel renal, gastrointestinal, esquelético y paratiroideo. Su rol en el metabolismo óseo está bien establecido. Los factores de riesgo para hipovitaminosis D después de la menopausia incluyen la pobre exposición solar, piel morena, edad avanzada, dieta deficiente, habilidad reducida para sintetizar el calcitriol a nivel renal, obesidad, malabsorción y ciertos medicamentos (anticonvulsivantes, antirretrovirales).

La prevalencia de deficiencia de vitamina D en mujeres postmenopáusicas alcanza hasta el 80% de acuerdo con un estudio europeo en el que se incluyeron 8,532 mujeres. El corte utilizado para definir la deficiencia de vitamina D fue de 30 ng/mL (25 hidroxi vitamina D). En otro estudio realizado por Valladares et al, en donde se realizó un análisis de 21,236 mujeres y se utilizó el mismo valor de corte, la prevalencia de hipovitaminosis D fue de 73.6% en Europa, 78.6% en Norte América, 86.1% en África, 86.1% en Medio Oriente y 90.4% para Asia.  Además, se observó que las mujeres de mayor edad eran más propensas a tener hipovitaminosis, especialmente aquellas mayores de 80 años.

Pocos estudios se han concentrado en la asociación entre vitamina D y menopausia. Uno de ellos, involucró a 530 mujeres y no se encontró ninguna asociación entre los síntomas vasomotores y concentraciones de 25 hidroxi vitamina D. En otro estudio aleatorizado cruzado si se observó una prevalencia mayor de bochornos en mujeres con deficiencia de vitamina D. Además, la deficiencia de vitamina D en la posmenopausia también se ha asociado con trastornos del sueño, depresión y disfunción sexual.

En el estudio realizado por Arslanca et al (2020), se incluyeron a 210 mujeres postmenopáusicas y se dividieron en dos grupos: aquellas con bochornos (104 pacientes) y aquellas sin bochornos (106). En los resultados, se observó que 52 mujeres del grupo 1 tenía niveles de 25 hidroxi vitamina D debajo de 20 ng/mL, mientras que sólo 25 mujeres del grupo sin bochornos (p< 0.001) tenían hipovitaminosis D. Después de hacer el análisis de regresión múltiple, se concluyó que una unidad de descenso de 25 hidroxi vitamina D incrementaba el riesgo de tener bochornos 5.9%. Por lo anterior concluyeron que los niveles de vitamina D tenían una asociación significativa con los bochornos en la postmenopausia, independientemente de la edad y duración de la menopausia. 

Fuente: Arslanca T, Korkmaz H, Arslanca SB, Pehlivanoglu B, Celikel Ö. The Relationship between Vitamin D and Vasomotor Symptoms During the Postmenopausal Period. Clin Lab. 2020 jul 1;66(7).