Como bien sabemos, es crucial llevar una buena alimentación en la etapa reproductiva. A continuación, 10 puntos en los que la mayoría de los autores a nivel mundial, concuerdan:

1. Si mejoramos el estado nutricional y en general se realiza una mejoría en el estado de salud de la mujer antes del embarazo, favorecemos un crecimiento fetal óptimo y mejores resultados perinatales. Además, esta intervención tiene un potencial benéfico para la salud a largo plazo tanto para la madre, como su descendencia.
2. La desnutrición materna se asocia con patrones anormales de crecimiento fetal, incluyendo el bajo peso al nacer (<2500 g) y la restricción de crecimiento intrauterino. Tanto el bajo como el alto peso en los recién nacidos, se asocia con un incremento en enfermedades crónicas durante la infancia y en la etapa adulta.
3. En embarazadas adolescentes existe una necesidad de mejorar la calidad de la dieta, debido a las dificultades socioeconómicas que atraviesan antes, durante y después de sus embarazos.
4. El hecho de llevar una dieta saludable antes y durante el embarazo, se asocia con una disminución en el riesgo de tener Diabetes Gestacional, parto prematuro y en algunas poblaciones, preeclampsia e hipertensión gestacional.
5. Una dieta con aporte balanceado de macronutrientes provee la mejor oportunidad para tener un embarazo saludable con resultados perinatales óptimos. Por dieta adecuada se acepta aquella que incluya buena cantidad de vegetales, frutas, granos enteros, nueces, legumbres, pescado, aceite enriquecido en grasas mono-saturadas y fibra. Toda dieta saludable es baja en azúcares simples, alimentos procesados y grasas trans.
6. Debemos de evitar dietas que restrinjan la ingesta de algún macronutriente durante el embarazo. Las “dietas de moda” que prometen bajar de peso de forma fácil y rápida, deben evitarse en el embarazo debido al desequilibrio en nutrientes que la mayoría de estas dietas tienen, así como la cetosis.
7. Cada vez es mayor la evidencia que indica que el índice de masa corporal pre-embarazo impacta en la ganancia de peso durante el mismo y también influye en la presencia de complicaciones perinatales. Aunque el momento óptimo para hacer cambios en el peso corporal y realizar ajustes de nutrición es antes de la concepción, en mujeres que lo requieran la mejor intervención para control de peso es limitar los alimentos poco nutritivos y con alto contenido calórico,
8. Durante los primeros 4 a 6 meses de vida, la leche materna tiene propiedades nutricionales únicas. Su consumo en los lactantes se ha asociado con disminución de riesgo de padecer enfermedades crónicas en la etapa adulta. Entre las mujeres con diabetes gestacional, hay evidencia de que la lactancia materna exclusiva por al menos 6 meses disminuye el riesgo de padecer Diabetes Mellitus tipo 2 para la madre y tiene un efecto protector para su bebé, ya que también disminuye el riesgo de padecer obesidad en la infancia.
9. El consumo regular de alimentos ricos en ácido fólico, entre otros micronutrientes, se recomienda en todas las mujeres en edad reproductiva y en aquellas que planeen embarazo 2-3 meses antes de la concepción. Las mujeres que se embarazan después de una cirugía bariátrica requieren de suplementación especial antes y durante el embarazo.
10. Es imperativo que el personal de salud tenga amplíe su conocimiento acerca de la nutrición óptima de las pacientes y actúe para educar en hábitos alimenticios y mejorar la salud en general de las mujeres antes, durante y después del embarazo.

Fuente: Marshall et al. The importance of nutrition in pregnancy and tactation: lifelong consequences. Am J Obstet Gynecol. 2022 May;226(5):607-632.