Introducción: Cada vez son más las parejas que se benefician de las técnicas de reproducción asistida. Actualmente los tratamientos de fertilidad suelen ser costosos ya que se requiere de equipos de alta tecnología.

Desde el incremento en el uso de técnicas de reproducción asistida, específicamente de la fertilización in vitro, se ha cuestionado si los procesos de incubación de los gametos y embriones podrían ser mejores si se realizan a la temperatura corporal, si requieren de un ambiente con diferentes nutrientes, etc. Además, se ha planteado que, si hubiera menos manipulación de los embriones en el laboratorio, también podría significar menos costo para los pacientes.

El cultivo intravaginal se desarrolló hace más de 30 años en Francia. Claude Ranoux publicó en 1988 los primeros estudios sobre la incubación de embriones en la vagina por medio de un dispositivo. Desde entonces se han realizado diversos estudios y modificaciones al dispositivo, hasta el desarrollo de INVOcell (INVO Bioscience), aprobado por la FDA en 2015. Es un dispositivo de plástico permeable a gases, que permite la difusión de CO2 y O2, para asemejar el ambiente casi anaeróbico y la temperatura del útero.

Existen varios estudios en donde se han demostrado buenos resultados y comparables a los de la fertilización in vitro estándar, además de una buena tolerancia por las pacientes. De los principales beneficios incluyen que al ser un proceso que requiere de menos equipo de laboratorio, se puede llevar a cabo por más médicos y en laboratorios con menos requerimientos tecnológicos, por ende, ser más accesible y menos costoso para los pacientes.

Fuente: Cooper. AR. Intravaginal embryo culture: a successful alternative to standard IVF that may improve access to care. Curr Opin Obstet Gynecol 2022, 34:179–183.

https://www.institutocefer.com/blog/que-es-el-invo-o-invocell/