De GinExeltis
La importancia de la nutrición temprana para prevenir la obesidad infantil
La obesidad infantil ha alcanzado proporciones alarmantes en varios países y constituye un verdadero reto para los sistemas de salud. Entre 2006 y 2016, 18% de los niños europeos de 2 a 7 años de edad presentaban sobrepeso y obesidad, mientras que 13% de los niños de 2 a 5 años en Estados Unidos tenían obesidad durante los años 2013-2016.
México es uno de los países con los niveles más altos de obesidad infantil en el mundo. En el año 2021, 37.1% de los niños y niñas de entre 5 a 11 años de edad presentaban sobrepeso u obesidad.
La obesidad infantil no sólo afecta la salud y calidad de vida inmediata del niño, sino que también incrementa el riesgo de continuar con obesidad en la etapa adulta. El índice de masa corporal materno antes del embarazo también es un factor de riesgo para la obesidad infantil.
Incluso si la genética explica en parte el riesgo de la obesidad tanto en la infancia como en la etapa adulta la proporción de variación en el IMC que actualmente se explica por variaciones de secuencia en los loci genéticos es sólo de 1-2% en niños y alrededor del 6% en adultos. Por tanto, hay gran parte de la heredabilidad de la obesidad que sigue sin explicación. Las modificaciones epigenéticas son un mecanismo clave que puede explicar esta heredabilidad faltante de la obesidad.
La nutrición infantil temprana, especialmente con leche materna, es un fator crucial que influye para toda la vida en la salud, debido a la programación epigenética.
De acuerdo con algunos estudios observacionales, los infantes que reciben leche materna tienen 13% menos de riesgo de tener sobrepeso u obesidad en comparación con los que reciben fórmula.
Fuente:
- Mameli, C. et al. (2016) Nutrition in the first 1000 days: the origin of childhood obesity. Int. J. Environ. Res. Public Health 13, 838.
- Horta, B.L. et al. (2015) Long-term consequences of breastfeeding on cholesterol, obesity, systolic blood pressure and type 2 diabetes: a systematic review and meta-analysis. Acta Paediatr. 104, 30–37
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