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Nutrigenómica, genes y microbioma: hacia una nutrición personalizada

Nutrigenómica, genes y microbioma: hacia una nutrición personalizada

Casi todas las recomendaciones dietéticas están basadas en las necesidades promedio de la población. Los nuevos programas de nutrición están enfocados hacia una atención individualizada y basada en el estilo de vida de cada persona. Sin embargo, hay variaciones complejas a nivel individual, así como hábitos, genotipos, expresiones génicas y composición del microbioma, que cada vez requieren de más atención.

Los avances en las herramientas digitales y la inteligencia artificial pueden ayudar a los individuos para registrar la ingesta de nutrientes e identificar las carencias nutricionales. Sin embargo, la influencia de estos nutrientes en la salud puede variar ampliamente entre los individuos dependiendo del estilo de vida, la genética y composición del microbioma.  Por ejemplo, los folatos pueden otorgar efectos favorables epigenéticos sobre el desarrollo del cerebro fetal durante una ventana de tiempo crítica en el embarazo.

La nutrición materna durante el embarazo es esencial para el adecuado desarrollo del feto, así como disminuir la probabilidad de enfermedades en la etapa adulta y optimizar su salud en general a lo largo de la vida. En particular los folatos se requieren en vías metabólicas que involucran la síntesis de nucleótidos, la reparación de ADN y numerosas reacciones de metilación. En el embarazo temprano, la evidencia es concluyente en cuanto a la prevención de defectos de tubo neural con la suplementación periconcepcional de folatos. Además, los folatos también pueden afectar el desarrollo neurocognitivo en los primeros años de vida.

Los genes que afectan el metabolismo de la vitamina B12 pueden causar alteraciones cardio metabólicas que juegan un papel importante en el contexto de la obesidad. La vitamina B12 es una coenzima que convierte el metilmalonil-CoA a succinil-CoA, que es un paso crítico en el metabolismo de los ácidos grasos de cadena impar. Si esta reacción no ocurriera, se elevarían los niveles de metilmalonil-CoA, inhibiendo la tasa de oxidación de ácidos grasos de cadena impar, lo que puede llevar a lipogénesis y resistencia a la insulina. Adicionalmente, la deficiencia de vitamina B12 puede dificultad la remetilación de la homocisteína al ciclo de la metionina, causando incremento en los niveles de homocisteína, lo que a su vez está asociado con un incremento de riesgo cardiovascular.

Conforme aumenta la prevalencia de obesidad hasta proporciones epidémicas a nivel global, los intentos por combatirla a base de reducción de calorías han demostrado que no hay una dieta “para todos”, sino que hay una variación considerable en la pérdida de peso entre los individuos, dependiendo de la genética y la composición de la microbiota intestinal.  Principalmente se han estudiado dos tipos de “enterotipos”: los dominados por las especies de Prevotella y aquellas por especies Bacteroides. El establecimiento de esta microbiota o enterotipo ocurre desde muy temprano en la infancia y está altamente influenciada por los hábitos alimentarios. El tipo dominado por Prevotella se asocia a una dieta rica en fibra y carbohidratos, mientras que los dominados por Bacteroides se asocian a una dieta baja en fibra y alta en grasas y azúcares refinados.  

Cada vez está más clara la necesidad de búsqueda de respuestas que nos ayuden a identificar los nutrientes necesarios a nivel individualizado. Conocer estas variaciones ayudan a entender mejor cómo aproximarnos a una nutrición óptima basada en los genotipos y composición del microbioma, tanto en la población en general como en las embarazadas.

 

 

Fuente: Matusheski NV, Caffrey A, Christensen L, Mezgec S, Surendran S, Hjorth MF, McNulty H, Pentieva K, Roager HM, Seljak BK, Vimaleswaran KS, Remmers M, Péter S. Diets, nutrients, genes and the microbiome: recent advances in personalised nutrition. Br J Nutr. 2021 Nov 28;126(10):1489-1497.

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