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Metronidazol o clindamicina para el tratamiento de la vaginosis bacteriana 02/10/2024 | 184 vistas

Los antibióticos han sido extensamente utilizados para tratar la patología del tracto genital femenino como la vaginosis bacteriana, cervicitis, endometritis y salpingitis. Uno de los antibióticos de primera línea ha sido el metronidazol, especialmente para la vaginosis bacteriana. Su espectro de acción incluye Gardnerella, Atopobium y Prevotella. Se estima que puede curar al 60-70% de las mujeres con vaginosis bacteriana en 4 semanas. Sin embargo, la administración de metronidazol a pacientes con vaginosis bacteriana también ha resultado en el establecimiento de un estado de comunidad microbial dominado por Lactobacillus iners, que comúnmente se asocia con resultados reproductivos adversos, especialmente, el incremento en recurrencias de vaginosis bacteriana. Un estudio demostró una contribución significativa en la interacción sinérgica entre las bacterias anaerobias y la formación de biopelículas “rebeldes” en la vagina, para aumentar la resistencia contra los medicamentos, en especial el metronidazol, en pacientes con vaginosis bacteriana. Las altas tasas de recurrencia en la vaginosis bacteriana, así como la resistencia al metronidazol, presenta un verdadero reto, mientras que el tinidazol y la clindamicina son alternativas prometedoras para tratar con este problema. Algunos estudios han demostrado que las pacientes tratadas con tinidazol han tenido una tasa de curación del 95-97%. Las tasas de curación en la vaginosis bacteriana con clindamicina o metronidazol son comparables, sin embargo, la clindamicina muestra una tasa de recurrencia menor en el tratamiento de Gardnerella vaginalis.    Fuente: Gao H, Liu Q, Wang X, Li T, Li H, Li G, Tan L, Chen Y. Deciphering the role of female reproductive tract microbiome in reproductive health: a review. Front Cell Infect Microbiol. 2024 Mar 18; 14:1351540. doi: 10.3389/fcimb.2024.1351540. PMID: 38562966; PMCID: PMC10982509.  

Estilo de vida e infecciones vaginales 02/10/2024 | 108 vistas

El ejercicio y suficiente sueño pueden promover la homeostasis microbiana al reducir la respuesta inflamatoria, mientras que los estilos de vida modernos, al ser a menudo pobres en descanso y ejercicio, pueden promover una alteración en el balance del microbioma del tracto reproductivo. El hecho de secar la ropa en ambientes con pobre ventilación o utilizar ropa interior de materiales sintéticos, puede también alterar el balance comunitario microbial en la vaginal, particularmente en cuanto a la proliferación de Candida. La tasa de colonización vaginal por Candida en mujeres que utilizan duchas vaginales es significativamente mayor que en mujeres sin este hábito. El exceso de higiene en la zona vulvar con jabones, baños de burbujas, talcos o aerosoles vaginales puede también afectar el microbioma vaginal. Además, las mujeres fumadoras tienen una proporción menor de Lactobacillus, y el tabaco incrementa la incidencia de vaginosis bacteriana. Incluso el uso de diferentes tipos de toallas sanitarias puede influenciar la composición del microbioma vaginal. El uso de pantiprotectores diarios puede impedir la circulación del aire en el área perineal, elevar la temperatura local y humedad, y por lo tanto, alterar el pH vaginal, promoviendo la colonización y proliferación por Candida y Staphylococcus aureus. El fortalecimiento de la educación en salud reproductiva y desarrollo de esquemas de estilo de vida saludable para la población en general puede ser benéfico para mantener el equilibrio de microambiente del tracto reproductivo y en general mejorar los indicadores de salud.   Fuente: Gao H, Liu Q, Wang X, Li T, Li H, Li G, Tan L, Chen Y. Deciphering the role of female reproductive tract microbiome in reproductive health: a review. Front Cell Infect Microbiol. 2024 Mar 18; 14:1351540. doi: 10.3389/fcimb.2024.1351540. PMID: 38562966; PMCID: PMC10982509. Marnach, M. L., Wygant, J. N., and Casey, P. M. (2022). Evaluation and management of vaginitis. Mayo Clin. Proc. 97, 347–358. doi: 10.1016/j.mayocp.2021.09.022

Riesgo de Menopausia temprana en mujeres con endometriosis 02/10/2024 | 99 vistas

La Endometriosis es una enfermedad crónica que afecta a aproximadamente 6-18% de las mujeres premenopáusicas. Las pacientes con endometriosis a menudo presentan estrés significativo asociado a sus síntomas, lo que puede afectar su calidad de vida a distintos niveles. Dada la alta prevalencia de endometriosis y la creciente consciencia pública, los médicos y en especial los ginecólogos deberían poder discutir los aspectos quirúrgicos y tratamientos médicos de la endometriosis con las pacientes, así como las opciones en cambios de estilo de vida que pueden beneficiarlas para disminuir los riesgos a largo plazo.  Uno de esos riesgos a largo plazo que habría que contemplar en las mujeres con endometriosis es el riesgo de sufrir menopausia precoz. Thombre Kulkarni y sus colaboradores realizaron un estudio de cohorte retrospectivo en donde observaron una prevalencia del 4% de endometriosis confirmada por laparoscopia, que es una prevalencia más baja que la típica. Ellos definieron la menopausia de inicio temprano como aquella que se presentó antes de los 45 años y realizaron un ajuste multivariable en las asociaciones considerando también otras posibles variables como el índice de masa corporal, tabaquismo, menarca y paridad. El riesgo relativo ajustado para la menopausia de inicio temprano en mujeres con endometriosis fue de 1.46 (95% IC 1.26-1.69). En las conclusiones consideraron que la menopausia de inicio temprano en ellas podría deberse a una baja depleción de la reserva ovárica secundaria a cirugía ovárica. Aunque no habría una forma de prevenir la menopausia de inicio temprano, habría que apoyar el diagnóstico temprano y discutir con la paciente las implicaciones a largo plazo, en especial para la salud ósea y salud cardiovascular.          Fuente: Molina, A. , Carter, A. , Alexander, L. , Davé, A. & Riley, K. (2024). Holistic approach to care for patients with endometriosis. Current Opinion in Obstetrics and Gynecology, 36 (4), 266-272. doi: 10.1097/GCO.0000000000000970.